jueves, 26 de julio de 2012

“El jardín mágico”

 “El jardín mágico”  

  

  Sentí curiosidad al ver…frecuentemente a un jardinero de  edad madura cultivar con alegría,  paz y paciencia su pequeño y bello jardín, dentro de una comunidad de viviendas sociales (era como un vergel en miniatura que tenía forma de una mágica “L”). 
  Sabía que era un poeta y sus escritos eran mensajes dirigidos al amor, compasión,  los astros y a todo lo verdadero y trascendente.  
  Me acerqué a él con un amable -  ¡Buenos días!
  Luego,  le pregunté ¿Cual es su fuente inagotable de inspiración?...con ojos de miradas profundas y tiernas que rápidamente todo lo observan.  Me contestó con una acogedora dulzura fraternal:
.-Mi continua inspiración poética proviene “De  la generosa madre tierra”.  Desde aquí,  donde siempre están presentes los cinco reinos que constituyen en sí mismo un solo organismo con vida e inteligencia propia infinita.  Me refiero con mucho respeto y admiración al perfecto sistema solar.  El ordenador científico y místico del reino inorgánico,  vegetal,  humano,  animal y planetario con todas sus entrelazadas funciones evolutivas y trascendentes para cada uno de nosotros que ocupamos y dependemos de él en todos sus reinos.  
 Es ella,  quien me permite ponerme en armonía y equilibrio poético para escribirle con mi alma al todo de la nada. 
 Con la breve y precisa explicación originada de la concordia humana me retiré de ahí impregnado de tanta belleza mística sembrada ahora en mi corazón juvenil.  Entendí así,  porque la eterna hermosura del alma humana,  que en su esencia es una sóla también “Es la llave maestra de todos los corazones humanizadores”.  
  Pero sino la cultivamos y pacientemente estimulamos todos los días con amor,  paz y alegría puede ser sólo un reino pequeño y temporal.  No tan grande y trascendente como del jardinero sabio bien conectado con la madre tierra hasta el espacio infinito,  desde su bello jardín social,  tanto íntimo como externo con el que se desarrolla en plenitud en forma horizontal y crece verticalmente sin temores ni límites culturales para ser cada vez más una mejor persona.
Mikael Thot Endré





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